"Historia
secreta de los mongoles" es una obra literaria que cuenta y narra la
subida al poder del líder mongol Gengis Qan, el cual unificó las tribus
dispersas que poblaban la altiplanicie mongola principios del siglo XIII
y creó, en el mismo impulso, un imperio que se extendía desde las costas del
Mar de Japón hasta las del Danubio.
El
año que fue escrita esta obra, según señala su último párrafo final, es
"la séptima luna del Año de la Rata" según el horóscopo chino, es el
año 1240 por varias razones. En primer lugar, por el propio ritmo de la
narración. En segundo lugar porque no existe alusión alguna a la muerte de
Ögödei, acaecida en 1241, hijo de Gengis Qan. Y en tercer lugar, porque algunos
de los acontecimientos que se relataban en el libro, tienen lugar no mucho
antes de esta fecha.
A
pesar de esto, algunos autores del siglo XX como Rachewiltz[1]
y Onon, sostienen que el libro es concluido en el año 1228, con la muerte de
Gengis, donde, los epígrafes posteriores fueron escritos más tarde. Con esto,
nos da a entender que la Historia,
pudo dar cabida no sólo a los acontecimientos ocurridos en época de Gengis Qan
y Ögödei, sino también a algunos de los acaecidos en época de otros Qan, y que
la hoy conocida "Historia secreta" puede ser una refusión de
hechos propios del reinado de varios emperadores mongoles, a partir de Gengis.
Del
autor, o autores, sólo cabe decir, que se trata, como parece obvio, de algún
personaje cercano a la corte mongola. Algunos estudiosos consideran que la
condición de escribano de Shigi Quduqu y su privanza con Gengis Qan lo
convierte en candidato idóneo para la posible autoría de la obra; pero tal
argumento carece de constancia documental que lo confirme.
Tampoco
existe constancia de la persona o personas que tradujeron el original mongol al
chino. Pero, si damos por válidas las citas de los traductores Chen Yuan y
Zheng Xiao, la traducción del texto mongol de la Historia habría tenido lugar antes, del año 1312-1321, de su
transcripción al chino.
Tiene
dos versiones principales en donde la primera fue escrita cuando, una de las
primeras medidas que adopta el ejército de la dinastía Ming, cuando entra
vencedora en la capital de los Yuan, según la "Historia (oficial) de la
dinastía Ming", es la de clausurar y precintar las bibliotecas y
tesoros imperiales, y hacer un inventario de los libros y mapas y las cosas
preciosas que contenían. El general Xu Da, conquistador de Pekín, recoge todos
los materiales y registros documentales que halla en palacio y los envía a
Nankín, capital, a la safón, de los Ming. Teniendo a su disposición estos
materiales, la dinastía triunfante se siente capacitada para redactar,
siguiendo la tradición china, la "Historia oficial" de la
dinastía saliente y el emperador así lo decreta; "el día primero de la segunda
luna del año 1369".
Los
compiladores, dirigidos por Song Lian, se ponen manos a la obra y concluyen el
trabajo en seis meses sirviéndose nada más que de los "Registros verdaderos
de los trece emperadores" (de la dinastía Yuan), y el "Compendio
del gobierno imperial". Tal como era de esperar, fue una obra inacabada.
Song Lian, insatisfecho, manda a once comisarios que viaje por todo el imperio
y manden a la corte cuanto documento crean de interés histórico. Con parte de
este material, Song Lian y sus colaboradores rematan la "Historia
oficial" en otros cuatro meses y medio. Pero el resultado final sigue
dejando mucho que desear.
Entre
los documentos que mandan los comisarios a la corte, podría encontrarse, según
Wang Guowei, la "Historia secreta" ya traducida, es decir, la
segunda versión. Lo sorprendente, sin embargo, es que los compiladores no se
sirven de ella en ningún momento, hecho que sólo admite dos explicaciones; o
bien no dispusieron de ella porque siempre estuvo retenida en Mongolia, o bien
porque no quisieron por comodidad, es decir, para qué complicarse si "se
está mejor en tu casa con el trabajo ya hecho y sin complicaciones".
La
deducción más razonable, según todo lo anterior, es que los compiladores de la "Historia
oficial", por una u otra razón, no tuvieron acceso a la "Historia
secreta" y por ello, esta última, no fue empleada para la redacción de
la "Historia oficial".
De
este periodo intersecular data también la asignación de un título. En primera
estancia, le asignaron un título de un libro que, o bien no lo tenía, o
simplemente era conoció por "Tobchiyan",
la "Historia". Algunos estudiosos sugieren que el título original
pudo ser la frase que encabeza el libro: "Los orígenes de Gengis
Qan", sin embargo, tal título no hace honor al verdadero contenido del
libro, no confinado exclusivamente a los orígenes del caudillo mongol, sino al
recuento de sus gestas.
Más
consiste es, quizás, la opinión según la cual el libro pudo llamarse o ser
conoció por "Historia de oro" o "Libro de oro",
en alusión al linaje imperial de Gengis Qan, el "linaje de oro", color que en la tradición mongola simbolizaba
al emperador.
En
cuanto a la transmisión de la obra, varios letrados chinos, a través de los
siglos, advierten la importancia de la "Historia secreta", o
incluso reproducen parte de ella. Pero sólo a finales del siglo XVII, cinco
siglos después de su creación, comienza el libro a adquirir carta naturaleza
como complemento indispensable de la Historia oficial, y ello gracias al
epílogo de un estudiosos, Qian Daxin, que expone algunas de las deficiencias de
la "Historia oficial" subsanables en la "Historia
secreta".
Después,
entre finales del siglo pasado y principios del presente, encontramos dos
versiones de esta última y definitiva versión de la "Historia
secreta", una de doce capítulos que reproduce fielmente en todos su
detalles la primera edición de la dinastía Ming, y otra de quince capítulos,
que reproduce únicamente la traducción china anexa a la versión copiada en la
"Enciclopedia de Yong Lee".
En
nuestra versión, la de quince capítulos, la restitución del mongol arcaico no
hubiera sido posible sin la importante aportación de las glosas que acompañan
al texto, ni tampoco, aunque en menor medida, sin el concurso de la traducción
china, que permite situar en contexto cada una de las glosas. En otras
palabras, la restitución del texto mongol es indispensable de las glosas y de
la traducción china.
La
versión de que nos hemos servido es la original de Li Wentian, en cuatro
volúmenes y quince capítulos. El mérito principal de esta obra reside en que,
respetando la literalidad del texto legado por Zhang Mu, añade notas y
correcciones.
Mirando
las diferencias entre la versión china y la mongola, el calificativo de
"abreviada" con que suele ser caracterizada la traducción china anexa
al original puede suscitar la idea de que se trata de una versión resumida de
la obra: una idea muy generalizada, propiciada por la falta de estudios
comparativos entre ambas versiones, pero poco exacta, ya que el rasgo
predominante de la traducción china no es tanto su afán de síntesis, como su
literalidad, de hecho, de tener que definirla de alguna manera, habríamos de
admitir que se trata de una traducción literal con omisiones, resumida en
algunos casos puntuales.
En
todos los momentos de la historia, los pueblos que vivieron en los límites de
la civilización, con hábitos e idiomas distintos a los de los occidentales,
fueron considerados incivilizados, salvajes y violentos, dispuestos a acabar
con los progresos y beneficios de la vida en esa sociedad.
Así
pues, uno de esos invasores fueron los mongoles, potente coalición de tribus
cuyo caudillo fue Gengis Qan. El imperio mongol abarcó China y Rusia y llegaron
a invadir Europa y el cercano Oriente. Con un ejército muy disciplinado y
despiadado, el poder de la Horda de Oro se mantuvo durante más de dos siglos.
Su crueldad fue legendaria.
En su
contexto histórico, de las numerosas hipótesis que en torno al origen remoto de
los mongoles se han sucedido a través de los tiempos, la más aceptada hoy día
es la que los considera descendientes de los antiguos donghu o "bárbaros del este", llamados así porque vivían
"a levante de los xiongnu",
la gran confederación de tribus que poblaba la altiplanicie mongola, relacionada
por algunos con los hunos que en siglos posteriores invadieron parte de Europa.
A
finales del siglo III a. C., los donghu forman una gran confederación de tribus
para combatir a sus poderosos enemigos occidentales y realizan diversas
incursiones victoriosas en su territorio, más con el apogeo de los xiongnu a
finales del siglo II, la situación se invierte. Tal estado de cosas se prolonga
durante más de dos siglos, hasta que la escisión de los xiongnu en una rama
septentrional y otra meridional, en el año 48, propicia la emergencia de los wuhuan y los xianbei, descendientes de las tribus donghu. Los xianbei aprovechan
la ocasión para ocupar gran parte del territorio vacante, y absorben en su
organización tribal a las "cien mil familias xiongnu" que aún permanecen
en él. Comienza así, un periodo de hegemonía de los xianbei; cuyo auge llega
cuando forman una confederación de doce tribus que ocupa por completo todos los
territorios situados en los anteriores dominios de los xiongnu.
De
las antiguas tribus destacan en las crónicas, a partir de este momento, los murong, duan, yuwen y tuoba. A partir de entonces, tiene una
progresiva integración en las estructuras sociales de la dinastía Han, que
concluye con la desaparición, también progresiva, de los xianbei durante las
dinastías Sui y Tang (581-618 y 616-907, respectivamente).
En
los momentos finales de la dinastía Tang,
diferentes tribus forman una confederación cuyos miembros son conocidos con el
nombre genérico de tatar. El nombre, al designar a un amplio abanico de tribus,
es fuente de confusión, una confusión acentuada, si cabe, cuando el término se
propaga a Occidente en forma híbrida de tártaros.
La
primera gran unión de los mongoles tiene lugar cuando, a principios del siglo
XII, las concentraciones de clanes y tribus se fusionan, dando lugar a los qamag monggol, la confederación de todos
los mongoles.
A
finales del siglo XII, conviven en la altiplanicie mongola, en mayor o menor
armonía, un centenar de tribus de diferente origen, lengua, creencias religiosas
y grado de desarrollo cultural.
El
pueblo mongol estaba situado en el noroeste de China, en torno al lago Baikal y
al macizo del Altai. Divididos en tribus de pastores nómadas que trashumaban
con sus carros y tiendas desmontables detrás de sus rebaños, mientras otros
grupos se dedicaban a la caza en la taiga siberiana, los mongoles
protagonizaban frecuentes enfrentamientos internos por el control de los
territorios de caza y pastos y por el rapto de mujeres de otros clanes (para
evitar el pago de fuertes dotes al padre de la joven). El propio carácter
belicoso de estos pueblos no favorecía su estabilidad.
Su
estructura social, fuertemente jerarquizada, reflejaba el predominio de rasgos
militares: sobre el conjunto de la clase de los guerreros se elevaba una
aristocracia que constituía la minoría dirigente y que se encargaba de la
elección del jefe de la tribu. Ocasionalmente, se elegía un jefe supremo del
pueblo mongol, es decir, un Gran Kan. Magníficos jinetes, hábiles arqueros,
infatigables y crueles, los mongoles no habían tenido contactos con
civilizaciones superiores y sus creencias apenas sobrepasaban el nivel del
chamanismo: culto al cielo, a la tierra y a los genios que habitaban las aguas
y el fuego, veneración por los antepasados, ofrendas de alimentos y,
excepcionalmente, sacrificios cruentos de animales y personas.
Yesúgei,
padre de Gengis Qan y cabeza del clan de los kiyat, intenta proseguir la reunificación de las tribus del
altiplano mongol iniciada por sus predecesores; pero, símbolo de los tiempos,
muere envenenado. Se crea así, de nuevo, un mundo disgregado y con rivalidades
internas, rodeado por imperios hostiles el cual fue unificado y sometido a su
autoridad por el jefe de uno de los clanes, el hijo de Yesúgei, Temujin. Es
este mismo, el que, quedándose huérfano a la edad de diez años, sus seguidores
le otorgan el título principesco de Gengis Qan.
Partiendo
de su pequeño territorio y con una gran tenacidad, consiguió dominar entre 1198
y 1206 a las distintas tribus existentes en Mongolia y hacerse proclamar
soberano supremo del país por una asamblea de jefes, que le otorgó el título de
Gengis Qan.
Lanzó
a su país una política de expansión que no tenía como objetivo la consecución
del botín, sino la conquista permanente de su territorio y la formación de un
gran imperio mongol, el mayor imperio que la historia ha conocido.
Cap.
I, 59. Después de haber analizado la obra en su contexto general, y hacer un
repaso histórico por la época de la que habla el libro, paso a analizar el texto
entregado por el profesor J. Mª. Monsalvo Antón, dividido, como es lógico, en
capítulos de los antes mencionados de la versión, de quince capítulos antes
contada. El capítulo 1 nos explica la razón por la que fue llamado así,
Temujin. Los kiutes, tribus del suroeste del lago Baikal,
habían elegido como jefe a Yesúgei, quien había conseguido reunir bajo su mando
unas cuarenta mil tiendas. Al volver de una batalla contra los tártaros, el
guerrero se encontró con que su favorita, Oelon-Eke (Madre Nube), le había dado
un heredero, al que llamaron Temujin. El niño tenía en la muñeca una mancha
encarnada, por lo que el chamán pronosticó que sería un famoso guerrero.
Cap.
I, 61, 62, 64, 65, 66, 67 y 68. Hasta el capítulo dos, lo que viene a decir, es
que, según las tradiciones mongólicas, su padre le llevó consigo en una marcha
para buscarle esposa. Atravesaron largos caminos y largas estepas en una marcha
para buscarle pues, a la esposa tan deseada a la edad de nueve años. Llegando a
la zona donde vivían los chungiratos,
encontraron a Börte, hija de Dei Sechen, una niña de su edad, que, según la
tradición, sería “la esposa madre que le
fue entregada por su noble padre”. Pero es con diez años, cuando al padre
de Temujin, le envenenaron los tatar, a los cuales su padre había vencido
anteriormente. Esto lo explica muy bien en el Cap. I, 67; “de vuelta, al pasar por Chekcher, Yesúgei encontró unos tatar que
celebraban un festín y, como tenía hambre y sed por el largo camino, bajó del
caballo y se quedó con ellos. Poco podía imaginar que los tatar iban a
reconocerlo. “Ese que ha venido es Yesúgei, el kiyan” dijeron; y recordando los
agravios del pasado, a escondidas le pusieron veneno en la comida. Yesugei
partió al cabo de su montura, y en el camino se sintió indispuesto; y cuando,
después de cabalgar tres días, llegó a casa, ya se encontraba muy enfermo”.
En
el capítulo 79, muestra cómo, después de haber matado al padre de Temujin, éste
y su familia, quedan desamparados y Temujin, para que no le maten, tiene que
huir. De este modo mostramos una vez más, los conflictos que había comentados
en el contexto histórico antes mencionado.
Del
capítulo 69, al 78 le persiguen los tayichi’ut.
En el capítulo
94 muestra ese comienzo de reunión de fuerzas yendo a casa de su suegro el
cual, temía que le hayan matado al igual que su padre y vuelve a reencontrarse
con su esposa.
A partir de aquí, más que por capítulos, es conveniente
hablar de una historia continua, que explicará mejor el proceso de subida al
poder de Gengis Qan. Comienza por el apoyo del Qan de la tribu de los kereyit, antiguo aliado de su padre de
la tribu de la cual Temujin se convertirá en el Qan indiscutible. Derrotó a los
merkit (capítulo 103-110), tribu del
norte de Mongolia, y a los tártaros, capítulo 133 y siguientes. (1198-1202). El
valor y la astucia demostrados por Temujin hicieron que muchos nobles se
unieran a él y lo aclamaran como jefe, decisión que provocó la rivalidad de sus
antiguos aliados, Jamuka entre ellos,
con el que pactó alianza tras haber derrotado a los merkit (capítulo 116). Más exactamente esto se ve en el capítulo
118, cuando el propio Jamuka,
comienza a cansarse de la alianza con Temujin y rompe el anda, símbolo de alianza tras entregar unos objetos unos a otros en
señal de alianza. A partir de aquí, y visto que Jamuka se separaba de la alianza, varios jefes de distintas tribus
comienzan a seguir a Temujin y, en el capítulo 119 al 123, en el año 1189, le
dicen estas palabras que señalan, su comienzo de esplendor; “Nosotros te haremos emperador. Y cuando
seas emperador, nosotros seremos tu avanzadilla frente al enemigo numeroso y te
traeremos cuantas muchachas hermosas y esposas y buenos caballos podamos
capturar, y en la caza haremos delante para cercar los animales y te traeremos
las mejores piezas. Si en tiempo de batalla desobedecemos tus órdenes, o en
tiempo de paz albergamos malas intenciones contra ti, sepáranos de nuestras
esposas, hijos, casas y haciendas y arrójanos allá donde no hay humo de hogar”.
Se enfrentó a ellos, los que se levantaron contra él y venció y dio muerte a Toghril, Jamuka (capítulo 141 y 143)y
los demás y ordenó la dispersión de los kereyit
entre las diferentes tribus mongolas (1203-1204).
Durante el resto de capítulos, hasta el 201, Temujin,
sigue en constante lucha contra los tatar y Jamuka,
destacando un capítulo, el 155 y 156, donde, ya con una esposa, Yesui, toma por
esposa a otra mujer más, Yesugen, hermana de la primera. Según su cultura,
podían tomar por esposas a más de una, pero la primera siempre tenía el rango
más alto y por tanto era la principal. En el capítulo 165, estrecha más aún sus
lazos de alianza con el Qan Rey, aliando de Temujin desde sus comienzos por
recuperar el poder.
En 1206, Temujin, dueño y señor de la estepa, fue
proclamado Gengis Qan, capítulo 206, año del Tigre, cuando acabó de sojuzgar a
todas las tribus, por una gran asamblea de príncipes mongoles reunida a orillas
del río Onon. Tras haber unificado las tribus mongolas, cedió a sus fieles aliados noventa y cinco de las mil jefaturas que
tenía por haber contribuido a la creación de su imperio, y turcomongolas del
Gobi bajo su mando y reorganizado su ejército según la división decimal de
unidades de combate, consideró llegado el momento de acometer su empresa más
ambiciosa: la conquista del mundo.
Como conclusión, comentar un poco la historia de Gengis
Qan, tras haberle proclamado sus aliados emperador en donde la epopeya de
Gengis Qan se inició con la conquista de China, donde se dirigió primero hacia
el oeste para someter el reino tangut
de Hsi Hsia, en el río Amarillo
(1209), y después hacia el nordeste con el objetivo de dominar Manchuria. En
1215, la ciudad de Cambaluc (actual
Pekín) caía en su poder. A continuación, encomendó al general Mukali la
conquista sistemática del norte de China, mientras él penetraba en el reino de Kara-Kitay, en el Kazajstán.
Tras adentrarse más en las tierras occidentales de Asia,
entre 1219 y 1221 se enfrentó a los chas Corasmia,
a quienes arrebató las ciudades de Bujara,
Samarkanda y Urguench, y saqueó Tiflis, en Georgia, y Sudak, en Crimea. Posteriormente, devastó Afganistán en una rápida
campaña, al tiempo que el ejército de una coalición de príncipes ucranianos era
derrotado por sus generales a orillas del Kalka
y su hijo Tului invadía Jhorezm, la mayor potencia musulmana de
Asia Central.
En 1225, Gengis Qan regresaba triunfante a Mongolia, y
dos años después, preparaba una nueva expedición contra el reino de Hsi Hsia. No llegó a realizarla: el 18
de agosto de 1227 moría a consecuencia de las heridas sufridas al caer del caballo.
[1] Igor de Rachewiltz, nacido el 11
de abril de 1929, es un historiador y filólogo italiano especializado en
estudios mongoles.