sábado, 15 de octubre de 2016

Vermissen

Qué es echar de menos.

En mi caso, mi familia. Echar de menos esas partidas de ajedrez con tu padre, hablar sobre todo con tu madre, acostarte cada noche en la cama y que llegue corriendo tu sobrina a darte un abrazo y hacerle prometer que mañana iréis al parque, salir de fiesta con tus hermanas o sin más, sentarte con tu familia una tarde de invierno, frente a la chimenea y pensar, hablar, charlar. La navidad, los regalos después de las uvas según la tradición familiar, ninguna tradición comercial, sino sólo tu familia y tu. Tus recuerdos. Esas comidas en las que tu madre no para de sacar comida para un regimiento.

Ay la familia, que bonita sería desde el principio si supiéramos agradecer que la tenemos desde el primer segundo.

El deporte. Mi badminton. Esa sensación de competitividad. La sensación de querer más. De saber que tienes a tu lado a la persona más maravillosa que jamás haya conocido. De pasar una vida juntos.
De viajar por todo el país representando a lo que sientes que es tu equipo de toda la vida y en el que conseguiste jubilarte antes de emigrar a otro país. Y al que por supuesto estas deseando volver en un tiempo.

Tus amigos, tu mejor amigo. Esa persona que incondicionalmente daría todo por ti al igual que tu lo darías por ella. Esa pequeña personita con ese gran corazón que no para de preguntarte cada día "qué tal estás Elenita", "cómo te encuentras hoy".

Esa discoteca y ese garito rock de toda la vida. En el que te encuentras siempre a los mismos pero que por alguna razón siempre esperas encontrártelos. Pasar tiempo con ellos. Tomarte una copa, pasar el rato, escuchar música, ver un concierto, reír.

Esa universidad que significó una de las épocas más emblemáticas de tu vida en la que conociste a las personas que ahora te han hecho ser lo que eres ahora. Las que te han hecho pensar, reír, sufrir por los exámenes, vivir en un piso compartido. Esa persona que al principio ni conocías pero que con el tiempo se ha convertido en unas de las personas por las que volverías una y mil veces a vivir esa época de tu vida.

Echar de menos es una mierda. Es reconocible. Pero qué seríamos nosotros si no sabemos dejar atrás una vida para poder buscarse un nuevo futuro en otra.

Sabiendo que esa vida está ahí. Que te la has ganado. Que la quieres, la quisiste y siempre a querrás. Que permanecerá para siempre porque es lo que eres ahora mismo. Tu vida.

Pero qué pasaría si de repente tomas la decisión de dejar todo y marchar.

¿Para siempre? Nunca lo sabrás. Pero por el momento para una larga temporada. Qué sentirías si te dijeran que esa vida tendrás que dejarla apartada. Que con el tiempo irás perdiendo a gente, que esa vida se irá desvaneciendo poco a poco. Que no podrás recuperarla porque hay personas que nunca volverán. Y que nunca volverás a ver.

Que ocurriría si tuvieras que volver a empezar todo desde cero. Desde, literalmente, cero. Como si fueras un niño pequeño. Primero aprendes a andar (a nadar por las nuevas calles que tendrás que conocer porque es donde será tu nueva vida). Después aprendes a hablar (literalmente, tenemos que aprender a hablar otro idioma en un país donde es todo diferente, pero al mismo tiempo igual). A continuación irás a la escuela (a la escuela en la que ojalá nos enteremos de algo).
Empezarás a formarte como persona, en un país en el que no eras nada y poco a poco vas siendo algo. Pero...siempre te quedará la satisfacción de decirte: "ese camino en el que me he ido formando desde cero como un niño pequeño, me lo he ganado yo. Yo, y además a pulso".

Nada es regalado. Nada es fácil. Muchas cosas están en tu contra, pero poco a poco, mes a mes, vas viendo cómo las cosas van cobrando forma. Cómo todo lo que veías imposible el primer día de pisar nuevas tierras, va cobrando una bonita forma llamada "vida".

Cómo, poco a poco, vas conociendo a gente, moviéndote por este pequeño mundo que al mismo tiempo es tan grande. Cómo tu corazón va cogiendo color. Cómo las calles van siendo conocidas.

Sí, la vida es maravillosa. Es maravillosa cuando puedes ser tu mismo.

¿Qué si echo de menos todo?. Mi respuesta es sí. Echo mucho de menos todo. Pero...."die Vergangenheit ist nur eine Erinnerung". Tu pasado siempre permanecerá en ti como buenos y dulces recuerdos a los que podrás acceder siempre que quieras. Cuando quieras y decirte: "sí, he tenido una vida maravillosa, y pienso seguir teniéndola".

A por todas!


jueves, 13 de octubre de 2016

Tiempo

El tiempo.
Qué es el tiempo sino una forma de vernos a nosotros mismos.
Qué es el tiempo además de algo imaginario en nuestras cabezas.
Qué lo hace tan importante como para estar cada momento preocupados por él.
Qué es el pasado, el presente y sobre todo, el futuro.
Qué significa todo lo que nos rodea, todo lo que somos, fuimos o seremos.
Qué necesidad hay de ver aquello que no sólo los demás quieren ver, sino uno mismo.
Cómo es capaz de imaginarse una vida, sin una meta.
Todo lo que intentamos, podemos llegar a tener la sensación de que no ha servido para nada.
El proceso puede ser lento.
Rápido.
Imposible...
Qué más da si está todo en la cabeza.
Qué importa si puedes hacerlo junto a una persona amada. Qué importa si lo puedes hacer junto a la gente que realmente necesitas, independientemente de cómo te sientas.
Qué necesitas si el armario de tu cabeza está ordenado.
Que tiene de malo ver un futuro lejano,
si para llegar a ese futuro, tienes que ir consiguiendo pequeñas metas que te vas labrando en el presente del día a día.
Qué importa lo que se tenga que pasar, si al final del camino se encuentra la felicidad,
el sentimiento,
los sentimientos,
la meta que te has propuesto.
Puedo volver a repetir mis palabras,
volver a decir que uno tiene que buscar siempre en su interior,
pero en parte estaría mintiendo.
Busca en tu interior, claro.
Busca en tu corazón, sin problema.
Pero piensa.
No me remitiré a nuestro amado Descartes ni tampoco al latín.
Dejaré la pregunta abierta: ¿qué quieres TÚ realmente?



E. Villa