lunes, 7 de agosto de 2017

Bloc de una viajera

A día 7 de agosto del 2017, después de llevar un año en este país llamado Alemania, en una maravillosa ciudad como es Hamburgo se me ha ocurrido hacerme la pregunta del millón. 

¿Qué es echar de menos? 

Una de las primeras cosas que se te viene a la cabeza, cuando estás lejos de tu familia, de todo a lo que estás acostumbrado es, ¿estoy mejor sólo? ¿estoy mejor con mi familia en mi país? ¿debería volver? ¿están realmente orgullosos de mí? y así....miles y miles de preguntas que se tan apareciendo en la cabeza. 

La verdad es que yo aún no he conseguido responderme a mí misma a esa pregunta tan frecuente en la gente que emigramos a otro país.

Lo que sí que es cierto es que sabes que les quieres, y que pase lo que pase siempre habrá un hueco ahí donde te criaste.  

Yo soy sincera. Yo echo mucho de menos a mi familia. Y no voy a mentir...me he planteado muchas veces el volver. Más de las que cabría imaginar. Pero con el tiempo acabas acostumbrándote a ese lugar en el que empezaste teniendo dudas. Luego fuiste cogiendo poco a poco confianza. Te fuiste acomodando y en mi caso, enamorando. 

Y ahora la siguiente pregunta que puede que se os haya ocurrido. ¿Duele tener el corazón dividido?- La verdad es que no. Es mucho más bonito. Tienes a más gente a la que querer. 


domingo, 29 de enero de 2017

Si mirásemos una vez al día al horizonte,

da igual si en la puesta o salida del sol,

igual si mirando hacia el norte, el sur, el oeste o el oeste,

igual si sentado, de pie,...

Si mirásemos aunque sea una sola vez podríamos imaginar todo aquello que quisiéramos.

Si pensásemos una vez al día todo aquello que soñamos,

que queremos compartir con el resto de la gente que nos rodea,

podríamos, sólo tal vez y en ese caso,

saber qué objetivos queremos,

qué necesitamos ese día, en el presente. Qué necesitamos en el futuro más inmediato.

Qué sentimos, que queremos, que intentamos.


sábado, 15 de octubre de 2016

Vermissen

Qué es echar de menos.

En mi caso, mi familia. Echar de menos esas partidas de ajedrez con tu padre, hablar sobre todo con tu madre, acostarte cada noche en la cama y que llegue corriendo tu sobrina a darte un abrazo y hacerle prometer que mañana iréis al parque, salir de fiesta con tus hermanas o sin más, sentarte con tu familia una tarde de invierno, frente a la chimenea y pensar, hablar, charlar. La navidad, los regalos después de las uvas según la tradición familiar, ninguna tradición comercial, sino sólo tu familia y tu. Tus recuerdos. Esas comidas en las que tu madre no para de sacar comida para un regimiento.

Ay la familia, que bonita sería desde el principio si supiéramos agradecer que la tenemos desde el primer segundo.

El deporte. Mi badminton. Esa sensación de competitividad. La sensación de querer más. De saber que tienes a tu lado a la persona más maravillosa que jamás haya conocido. De pasar una vida juntos.
De viajar por todo el país representando a lo que sientes que es tu equipo de toda la vida y en el que conseguiste jubilarte antes de emigrar a otro país. Y al que por supuesto estas deseando volver en un tiempo.

Tus amigos, tu mejor amigo. Esa persona que incondicionalmente daría todo por ti al igual que tu lo darías por ella. Esa pequeña personita con ese gran corazón que no para de preguntarte cada día "qué tal estás Elenita", "cómo te encuentras hoy".

Esa discoteca y ese garito rock de toda la vida. En el que te encuentras siempre a los mismos pero que por alguna razón siempre esperas encontrártelos. Pasar tiempo con ellos. Tomarte una copa, pasar el rato, escuchar música, ver un concierto, reír.

Esa universidad que significó una de las épocas más emblemáticas de tu vida en la que conociste a las personas que ahora te han hecho ser lo que eres ahora. Las que te han hecho pensar, reír, sufrir por los exámenes, vivir en un piso compartido. Esa persona que al principio ni conocías pero que con el tiempo se ha convertido en unas de las personas por las que volverías una y mil veces a vivir esa época de tu vida.

Echar de menos es una mierda. Es reconocible. Pero qué seríamos nosotros si no sabemos dejar atrás una vida para poder buscarse un nuevo futuro en otra.

Sabiendo que esa vida está ahí. Que te la has ganado. Que la quieres, la quisiste y siempre a querrás. Que permanecerá para siempre porque es lo que eres ahora mismo. Tu vida.

Pero qué pasaría si de repente tomas la decisión de dejar todo y marchar.

¿Para siempre? Nunca lo sabrás. Pero por el momento para una larga temporada. Qué sentirías si te dijeran que esa vida tendrás que dejarla apartada. Que con el tiempo irás perdiendo a gente, que esa vida se irá desvaneciendo poco a poco. Que no podrás recuperarla porque hay personas que nunca volverán. Y que nunca volverás a ver.

Que ocurriría si tuvieras que volver a empezar todo desde cero. Desde, literalmente, cero. Como si fueras un niño pequeño. Primero aprendes a andar (a nadar por las nuevas calles que tendrás que conocer porque es donde será tu nueva vida). Después aprendes a hablar (literalmente, tenemos que aprender a hablar otro idioma en un país donde es todo diferente, pero al mismo tiempo igual). A continuación irás a la escuela (a la escuela en la que ojalá nos enteremos de algo).
Empezarás a formarte como persona, en un país en el que no eras nada y poco a poco vas siendo algo. Pero...siempre te quedará la satisfacción de decirte: "ese camino en el que me he ido formando desde cero como un niño pequeño, me lo he ganado yo. Yo, y además a pulso".

Nada es regalado. Nada es fácil. Muchas cosas están en tu contra, pero poco a poco, mes a mes, vas viendo cómo las cosas van cobrando forma. Cómo todo lo que veías imposible el primer día de pisar nuevas tierras, va cobrando una bonita forma llamada "vida".

Cómo, poco a poco, vas conociendo a gente, moviéndote por este pequeño mundo que al mismo tiempo es tan grande. Cómo tu corazón va cogiendo color. Cómo las calles van siendo conocidas.

Sí, la vida es maravillosa. Es maravillosa cuando puedes ser tu mismo.

¿Qué si echo de menos todo?. Mi respuesta es sí. Echo mucho de menos todo. Pero...."die Vergangenheit ist nur eine Erinnerung". Tu pasado siempre permanecerá en ti como buenos y dulces recuerdos a los que podrás acceder siempre que quieras. Cuando quieras y decirte: "sí, he tenido una vida maravillosa, y pienso seguir teniéndola".

A por todas!


jueves, 13 de octubre de 2016

Tiempo

El tiempo.
Qué es el tiempo sino una forma de vernos a nosotros mismos.
Qué es el tiempo además de algo imaginario en nuestras cabezas.
Qué lo hace tan importante como para estar cada momento preocupados por él.
Qué es el pasado, el presente y sobre todo, el futuro.
Qué significa todo lo que nos rodea, todo lo que somos, fuimos o seremos.
Qué necesidad hay de ver aquello que no sólo los demás quieren ver, sino uno mismo.
Cómo es capaz de imaginarse una vida, sin una meta.
Todo lo que intentamos, podemos llegar a tener la sensación de que no ha servido para nada.
El proceso puede ser lento.
Rápido.
Imposible...
Qué más da si está todo en la cabeza.
Qué importa si puedes hacerlo junto a una persona amada. Qué importa si lo puedes hacer junto a la gente que realmente necesitas, independientemente de cómo te sientas.
Qué necesitas si el armario de tu cabeza está ordenado.
Que tiene de malo ver un futuro lejano,
si para llegar a ese futuro, tienes que ir consiguiendo pequeñas metas que te vas labrando en el presente del día a día.
Qué importa lo que se tenga que pasar, si al final del camino se encuentra la felicidad,
el sentimiento,
los sentimientos,
la meta que te has propuesto.
Puedo volver a repetir mis palabras,
volver a decir que uno tiene que buscar siempre en su interior,
pero en parte estaría mintiendo.
Busca en tu interior, claro.
Busca en tu corazón, sin problema.
Pero piensa.
No me remitiré a nuestro amado Descartes ni tampoco al latín.
Dejaré la pregunta abierta: ¿qué quieres TÚ realmente?



E. Villa

lunes, 27 de julio de 2015

La valentía de unos pequeños adultos

La historia de estos pequeños adultos, los "niños de la guerra" es un tema que me ha apasionado desde el momento en el que, a lo largo de mi corta vida he ido escuchando historias de mi abuela a la vez que tristes, sorprendentes en cuanto a su grado de sentimentalismo en cada palabra que salía por su boca además de autobiografías que han ido escribiendo los propios "niños de la guerra" cuando ya volvieron a España y se hicieron mayores (hoy en día, muchos de ellos ya murieron, pero otros tanto siguen vivos con edades comprendidas entre los 80 y 90 años aproximadamente).

A continuación, basaré mi redacción sobre estos pequeños campeones de la vida en una carta que he tenido el honor de sacar del Archivo Histórico Provincial de la Guerra Civil de Salamanca (no publicado directamente aquí por derechos ya que la reproducción total o parcial de los documentos originales está destinada exclusivamente para fines de investigación o estudio):

Moscú 13 de enero de 1938

5ª Clase

Llegada a la URSS

...ya se veía Yalta y el Cabo Palos entre
en el puesto se veía una multitud de gen-
te que nos aguardaba dando vivas al
camarada Stalin a la España heroica
y a los niños españoles. Todos nos sentia-
mos en una gran emoción por pisar la
tierra del pueblo hermano y cuando llega-
mos a "Artek" no menos calurosamente
nos recibieron los pioneros de la URSS

Que es lo que más me gusta en la URSS

he visto muchas cosas, he ido a fiestas, 
a casas de pioneros, a dar paseos por Moscú
pero nada me ha impresionado tanto
como ver el mausoleo de Lenin y
los grandes desfiles del ejército del pueblo
en la Plaza Roja.

B. del R. (nombre localizado. Se prefiere dejar en anonimato)

Comenzaré diciendo que se conoce como a “Niños de la Guerra” a aquellos niños de origen español que, durante su minoría de edad, fueron desplazados a otros países, en especial a Francia, Inglaterra, Bélgica y, en el caso de nuestra carta, a Rusia, y en menor medida a otros países como Suiza, Noruega, Dinamarca, Suecia e incluso a México como consecuencia de la Guerra Civil. Más exactamente, el archivo histórico que presentaremos en estas palabras es la carta de un “niño de la guerra”, B. del R., catalán, de la Quinta clase que llegará a Moscú el 13 de enero del año 1938.

Este será pues el contexto, la Guerra Civil,. La guerra que después de comenzar el franquismo, no dejó volver a esos niños que dejaron absolutamente todo por marcharse, sin despedirse siquiera de sus familiares. ¿Os imagináis que un día estáis en vuestro colegio, y de repente llega una brigada republicana y os mete en un autobús, sin saber destino, sin saber dirección, y sin saber qué es lo que está pasando? Al comienzo de la guerra, las tropas republicanas reunían a unos 112.000 soldados, los sublevados contaban con cerca de 98.000. Si, en cambio, se añaden al contingente de los rebeldes el ejército africano, unos 45.000 hombres, y las milicias carlistas y falangistas, queda evidente que el punto de partida numérico de los sublevados se presentaba más favorable que el de la República.

Las acciones militares de la Guerra Civil pueden dividirse en cuatro períodos, separados por varias “fases de equilibrio”: durante el primer período (hasta la primavera de 1937), los rebeldes lograron el control de aproximadamente una tercera parte del país. El General Gonzalo Queipo de Llano tomó el sudoeste (excepto el País Vasco, Santander y Asturias). Diversos intentos de conquistar Madrid, fracasaron. Durante la segunda fase (entre la primavera de 1937 y la de 1938) los nacionalistas se apuntaron la conquista de las provincias del norte. El 26 de abril de 1937 Bilbao, y en otoño de 1937 se produjo finalmente la toma de Asturias. En la tercera fase, cuando los sublevados consiguieron a mediados de abril de 1938 penetrar en la provincia de Castellón de la Plana hasta el Mediterráneo, Cataluña quedó aislada del resto del territorio republicano. La cuarta y definitiva fase se desarrolló entre diciembre de 1938 y marzo de 1939. La conquista de Cataluña se realizó en relativamente pocas semanas, produciéndose la caída de Barcelona a finales de enero de 1939. Franco, acabará ocupando la capital a finales de marzo de 1939 y proclamando el término de la guerra el 1 de abril siendo esta fase en la que enmarcaremos nuestro documento. Para este tema, poco desarrollado aquí, recomiendo el libro "España partida en dos" de Julián Casanova.

No se puede separar el desarrollo militar de la evolución política, ni mucho menos de sus aspectos revolucionarios y contrarrevolucionarios. Desde el nombramiento del general Franco como “Generalísimo” y supremo mandatario del Estado por parte de la Junta de Defensa Nacional en Salamanca el día 29 de septiembre de 1936, la política del nuevo jefe de Estado perseguía una doble finalidad: por una parte, se trataba de construir un sistema semifascista en el que sin embargo el heterogéneo partido único con su ideología falangista no dominara el aparato estatal; por otra, había que evitar que la dependencia con respecto a Alemania e Italia alcanzara unos niveles absolutos y exclusivistas. La Falange, fundada por el jefe José Antonio Primo de Rivera es apoderada por Franco en abril de 1937 para promover la fusión de la Falange con los carlistas tradicionales, creando a su vez un bando opositor con los viejos falangistas, los camisas viejas.

En julio de 1937, los obispos españoles dieron a conocer una circular con su postura favorable a los sublevados produciéndose así el reconocimiento diplomático del régimen de Franco por parte del Vaticano. Así pues, los pilares fundamentales del nuevo y autoritario edificio estatal fueron el partido, la Iglesia y el ejército.

Si en el bando de los nacionales se produjo la forzosa agrupación de todas las fuerzas políticas bajo una misma dirección, en la zona republicana se puede observar el proceso contrario: el de la desintegración de las fuerzas políticas. En ocasiones no resulta exagerado hablar de una confrontación en lugar de una cooperación entre los diferentes partidos y agrupaciones. Aunque, en medio de esta lucha, los comunistas lograron superar su posición inicialmente irrelevante para convertirse en el factor político dominante dentro de la zona republicana.

En el ámbito social y económico, mientras que la contrarrevolución en la zona franquista anulaba radicalmente casi todas las transferencias de propiedad efectuadas durante los últimos meses anteriores a la guerra, en la zona republicana el golpe de los generales funcionó como una especie de catalizador de una revolución social desde la izquierda, cuyos portadores fueron sobre todo los obreros sindicalizados. Las dos zonas de la Guerra Civil no sólo se encontraban separadas por diferencias político-ideológicas y económico-militares, sino también por cuestiones financieras y monetarias. En noviembre de 1936, Franco introdujo la obligación de sellado para los billetes que circulaban en el territorio bajo su control, antes de emitir en marzo de 1937 nuevos billetes “nacionales”. La peseta republicana, en cambio, estaba sometida a una permanente bajada en sus cotizaciones.

Cuando todavía los dos contrincantes no habían terminado de desgarrarse mutuamente en los diferentes escenarios bélicos, las bolsas internacionales ya estaban presenciando la victoria de la política monetaria y financiera impuesta por Franco. El alto grado de ideologización que durante decenios caracterizaba a casi todas las visiones e interpretaciones de la Guerra Civil española, fue en gran medida el resultado de esta intervención del extranjero que convertía a España en la palestra en la que se confrontaban diferentes sistemas armamentísticos e intereses ajenos a los de los españoles. Pese a que fue la intervención alemana en España la que suscitó el mayor número de polémicas, fue Italia la potencia más comprometida en la guerra y la que más personas y mayores cantidades de material bélico envió a España. Sobre los motivos e intenciones de Stalin en cambio, y su política en España no se sabe todavía mucho más de lo que ya fue divulgado en su día durante la fase de la Guerra Fría[1].

                Pero, mientras sucedían todos estos acontecimientos, los niños fueron los primeros afectados en todo este proceso al estallar la guerra. Miles de hogares se deshicieron al incorporarse los padres al frente, tener que huir, sufrir la cárcel o ser fusilados. El desamparo de los menores se acentuó en las zonas cercanas a los frentes por los bombardeos, la escasez de alimentos y las enfermedades derivadas de las malas condiciones.

Según Ramón Salas Larrazabal[2] (Burgos, 31 de agosto de 1916 – Salamanca, 17 de junio de 1993), en la guerra murieron 138.030 niños, más de lo que se podía prever en una situación normal de paz produciéndose además una caída de la natalidad en unos 557.185 nacimientos menos de los esperados. Si comparamos ambas cifras con las de 275.000 adultos que murieron de manera violenta, podemos hacernos una pequeña idea del cómo pudo afectar la demografía infantil en el proceso posterior de la posguerra[3]. Las sirenas, las bombas y el correr hacia los refugios, la prohibición de estar jugando en la calle sin permiso, el traslado o el cierre de las escuelas, el hambre que los alimentos repartidos en las colas de racionamiento no conseguían saciar, la separación de los seres queridos debida a las continuas huídas antes mencionadas a las incorporaciones al frente, a las desapariciones inexplicables o a la muerte. Éstas fueron las primeras noticias de la guerra que estos niños tuvieron en el verano de 1936.

Se constituyó además la representación de los niños como víctimas de la guerra en una estrategia política de los gobiernos para conseguir un nuevo objetivo, la socialización bélica de los niños. El discurso propagandístico pretendía movilizarles de tal forma que se hicieran partícipes en la lucha aunque no directamente, sí indirectamente mediante la enseñanza, educación y convencimiento de que debían apoyar la causa por la que estaba luchando sus padres y contribuir en la medida de todo lo posible a la victoria. Esta enseñanza, educación y convencimiento se hacía mediante la sencilla fabricación de juguetes bélicos como eran aviones, fusiles y granadas de juguete, tanques, uniformes de soldado así como otros juegos, normales, tradicionales como eran el parchís, se revistieran con esos motivos bélicos con la iniciativa de incentivar la imaginación de los niños y convertir sus propios juegos en un gran juego a pequeña escala de la contienda bélica como era la Guerra Civil jugando los niños a ser soldados, enfermeras, a recrear batallas, escapar de las bombas, etc. Pero, la plataforma por excelencia dónde pudo hacerse posible todo este proceso de socialización fue la escuela. Las escuelas se convirtieron así en un campo más de batalla. Durante los primeros meses de guerra sólo funcionaron con normalidad aquellas ubicadas en lugares seguros y apartados de las líneas de frente, cerrándose por el contrario las que podían convertirse en blancos fáciles de alcance por bombas de los ataques aéreos de los enemigos.

Pero, desde prácticamente el inicio de la guerra, la asistencia a la infancia fue uno de los objetivos prioritarios del Gobierno republicano. Las sucesivas derrotas que a lo largo de 1937 tuvo el ejército republicano condujeron a evacuaciones masivas de niños procedentes de diferentes lugares de España, tanto de la región mediterránea de Levante como del norte de España como es Asturias y Cantabria y llegando hasta Cataluña, zona de la cual escribe B. del R. su carta. Así, la evacuación de los niños estuvo fuertemente relacionada con la creación en la guerra de los dos frentes, los republicanos y los franquistas. Para todos los menores que no se encontraba ninguna solución y que se encontraban en situaciones de riesgo, el gobierno republicano puso en marcha estas campañas de evacuación como objetivo de poner a salvo a los niños, continuar con su escolarización, sanidad y garantizar sus necesidades alimenticias. En el caso de nuestra carta, B. fue enviado a Rusia junto con unos 2895 niños más aunque al país al que más se enviaron niños españoles fue a Francia, entre 30.000 y 40.000 niños, sin olvidar otros países como México, tan lejano, al que mandaron alrededor de unos 500 niños, un número elevado vistas las dificultades con las que contaban. A ello hay que sumarle las distintas colaboraciones internacionales que hicieron posible todo esto como fue la Cruz Roja[4] Internacional, la Ayuda Suiza o las Brigadas Internacionales.

Las evacuaciones de los niños se organizaron siempre de manera similar y bajo control y seguimiento, desde octubre de 1936, del Comité Nacional de Refugiados de Guerra, que en febrero de 1937 pasó a denominarse Oficina Central de Evacuación y Asistencia al refugiado[5]. Tanto en el interior como en el exterior del país las evacuaciones respondieron a dos modalidades distintas: la individual y la colectiva. En la primera, los niños eran acogidos por familias en sus domicilios particulares durante un tiempo determinado. En la segunda, y es la que nos interesa a nosotros, eran individuos en grupos, conformados generalmente en función de la edad, es decir, por clases[6], como corresponde a nuestra carta o de la procedencia geográfica por ejemplo siendo posteriormente conducidos a refugios recién creados para este fin o a distintas colonias infantiles ya existentes con anterioridad a la guerra y que se convirtieron ahora en verdaderos espacios de renovación y experimentación pedagógica. Las salidas de as expediciones estuvieron siempre precedidas de importantes campañas propagandísticas. La recepción de niños evacuados en los distintos países de acogida se convirtió en el ejemplo por excelencia de la solidaridad internacional. B. nos cuenta, en las líneas5, 6, 7, 8 y 9, cómo les cogieron: “todos nos sentíamos con una gran emoción por pisar la tierra del pueblo hermano y cuando llegamos a Artek no menos calurosamente nos recibieron los pioneros de la U.R.S.S”. Al mismo tiempo, a Franco le preocupaba el enorme aparato propagandístico que todo ello suponía pues contribuían a dar una mala imagen del ejército de Franco fuera de España, algo a lo que le podemos añadir el hecho de que España ya estaba, hasta 1959 aislada tanto económicamente como políticamente a nivel internacional hasta que sacaron el Plan de Estabilización ese mismo año, en 1959.

Pero tan sólo dos países se resistieron a la política de retorno de los niños. Rusia y México se opusieron rotundamente a la repatriación de los niños y ninguno de los dos reconoció una vez establecido, el franquismo. Ya entrando en el caso concreto de Rusia, un total de unos 2895 niños españoles, como dijimos, de entre unos 3 y 15 años fueron evacuados a la URSS en el año 1937. La edad, la situación de riesgo en la que se encontraban y la filiación política de sus padres fueron criterios de selección que tuvieron en común las cuatro expediciones oficiales organizadas por el Gobierno republicano a la Unión Soviética, desarrolladas, en mayor o menor medida, con la colaboración entre otras organizaciones políticas y asistenciales, del Partido Comunista de España (PCE), que tuvo un papel protagonista en la vida de los menores evacuados.

La llegada a Rusia fue algo que los niños nunca olvidaron, uno de los recuerdos, sin duda, más alegres de este primer periodo de la evacuación marcado por la angustia y por el desarraigo. El pueblo soviético engalanó los puertos de Leningrado y Yalta, así como las distintas estaciones de tren por las que fueron pasando los pequeños evacuados, con banderas y con flores, además de agasajarles con música y bailes tradicionales. Esto nos lo remarca muy bien B. del R. en su carta: “ya se veía Yalta…se veía una multitud de gente que nos aguardaba dando vivas al camarada Stalin a la España heroica y a los niños españoles”. Nada más llegar a su destino, los niños españoles fueron objeto de múltiples atenciones y cuidados con numerosas excursiones por los alrededores y estancias de prestigiosos balnearios y sanatorios donde pudieron reponerse del desgaste físico y emocional del viaje. Esto también lo redacta muy claro B. en las últimas líneas de su carta: “he visto muchas cosas, he ido a fiestas, a casas de pioneros, a dar paseos por Moscú pero nada me ha impresionado tanto como ver el mausoleo de Lenin y los grandiosos desfiles del ejército del pueblo en la Plaza Roja”.

Repuestos del viaje y aclimatados a su nueva patria, los niños españoles fueron divididos en grupos y repartidos por las distintas Casas de Niños (Dietsky Dom en ruso) que el Gobierno soviético acondicionó especialmente para ellos en diferentes ciudades de la federación Rusa. En sus nuevos hogares los niños disfrutaban de sus nuevos privilegios que de haberse quedado en España jamás podrían haberse permitido. La URSS abrió ante ellos un mundo lleno de oportunidades que todos quisieron y supieron aprovechar. Los niños estuvieron acompañados en todo momento de cuidadores y maestros[7] españoles, que se encargaron de que nunca olvidasen quiénes eran y de dónde venían.

Referido ya a su sistema educacional, decir que a pesar de las malas condiciones que tenían algunos de los niños, todos pudieron obtener en cierto modo, algún tipo de título pues, algunos conseguían acabar los 10 primeros cursos y llegando de ese modo a la Universidad, mientras que otros se quedaban en el séptimo pudiendo retomarlos más adelante. Las asignaturas que cursaban eran las mismas que las que hubieran cursado si se hubieran quedado en España pues para ello se llevaron a educadores, profesores y tutores con ellos. Pero, aunque estudiaran sus asignaturas, la Unión Soviética les obligaba a estudiar otro tipo de asignaturas por denominarlo de algún modo pues se hallaban en Rusia. Con lo que además de estudiar sus propias asignaturas como era la literatura española, también tenían que cursas y además conocer bien la Historia de Rusia, la Constitución de la URSSS de 1936 de Stalin y la lengua rusa. A palabras de Julia Gutiérrez Fernández[8], “el sistema de educación que nos dieron fue bastante bueno aunque al final duro por la llegada de la Segunda Guerra Mundial, inesperada por nuestra parte. Yo tenía que cuidar de mis hermanos pequeños pero al mismo tiempo, según iba pasando éste, tenía que estudiar cada día y mantener una beca con la que vivía. Sin esa beca, era muy difícil la supervivencia porque aunque nos cuidaron muy bien, con la guerra la situación era insostenible por ningún lado y todos los niños acabamos buscándonos la vida.”. Estas palabras, dichas por mi abuela en una de las veces que le pregunté, están dichas por una persona que hoy en día, y a pesar de haber pasado más de la mitad de su vida en Moscú, no sabe hablar muy bien ruso, confundiendo palabras. Esto demuestra que, aunque aprendieran el ruso, algunos con soltura, a otros les costaba aprendiéndolo nada más que  para la integración pues la antigua Unión Soviética obligaba a instruir a estos niños en el comunismo tanto dentro como fuera del sistema educacional, es decir, utilizaba eso en su favor para crear nuevas generaciones de comunistas para la posterior difusión del régimen a nivel internacional.

                Como pequeña conclusión, querría ponerme un poco sentimental y comentar lo que sintieron los niños no desde la propia experiencia, pero sí por la suerte de haber compartido horas escuchando las explicaciones de niños de la guerra. Estas pequeñas personitas, aunque comprendían perfectamente la situación que se estaba dando en España en aquellos momentos, jamás comprendieron la razón por la que de un día para otro les separaban de sus madres. Todos ellos fueron recogidos, agrupados y trasladados esa misma noche a trenes y autobuses hacia un destino que desconocían y sin una razón aparente por la que separarles de sus vidas, de sus hermanos, de sus padres y amigos. Una vez evacuados, el desconocer la lengua, las costumbres…

Al principio todo parecía una excursión, como bien nos muestra entre sus últimas líneas B. del R., al igual que otros niños como Antonio González Sabater: “en la segunda expedición que llegó a la URSSS, llegué yo con todos mis compañeros pero la cosa que más me impresionó fue la gran recibida que tuvimos al embarcar en un puerto de la Crimea llamado de Yalta en la cual estaba todo el puerto lleno de gente y ya teníamos coches preparados para al bajar del barco llevarnos enseguida a un magnífico campamento de pioneros, el de Artek y mirar con que esmero nos cuidan que enseguida nos llevaron a reconocernos al doctor. La cosa que más me ha gustado es la visita al mausoleo del Camarada Lenin y otra cosa es la visita a la Plaza Roja el día del vigésimo aniversario de la Revolución Rusa en la que presenciamos al Camarada Stalin en compañía de todo el gobierno”[9]. Pero, todo lo bueno se acaba. Comenzó la Segunda Guerra Mundial, los niños crecieron. Unos marcharon al frente, otros intentaban sobrevivir. Todo comenzó como un juego, todo era bonito, pero los años cansan. El intentar sobrevivir a base de robar, trabajar día y noche por culpa de una guerra cansa. El hecho de no siempre conseguir entablar relación con sus familiares mediante correspondencia y no saber nada de nadie y que nadie sepa de ellos. Ellos, no lo eligieron.





[1] BERNECKER, L. Walther, España entre tradición y modernidad, política, economía y sociedad (ss. XIX-XX), Madrid, Siglo XXI, 1999
[2] Militar, pionero en el paracaidismo, e historiador español. Ver también las tesis en Historia del Ejército Popular de la República, <http://www.sbhac.net/Republica/Fuerzas/EPR/AntiSalas.htm> [última consulta el 25/05/2014]
[3] El exilio español de la guerra civil: los niños de la guerra, capítulo I – Los orígenes: de una sublevación a una guerra civil <http://www.ugt.es/fflc/exposiciones/ninosguerra/ng_cap01.htm> [última consulta el  04/04/2014]
[4] En el quinto comentario de texto hecho para clase de Historia Contemporánea III, veremos el papel que tuvo esta institución a lo largo del proceso de la Guerra Civil española.
[5] La oficina Central de Evacuación y Asistencia al Refugiado fue creada en 1936, octubre para ser más exactos con el fin de realizar operaciones de evacuación en caso necesario hacia la costa mediterránea.
[6] B. del R. era de la Quinta clase.
[7] Como es el caso del personal de la casa de N. L de Moscú – Pravda: Pablo Miaja Fernández, María Nicolás Suárez, Victoria Amelia Flores, José Manuel Arregui, Teresa Rodríguez Cárdenas, entre otros.
[8] Fuente oral directa. Mi abuela, niña de la guerra.
[9] Moscú, 13 de enero de 1938, Antonio González Sabater.

martes, 27 de mayo de 2014

Genocidio judío, la mayor crueldad que se haya hecho en la Historia


La imagen mostrada es una foto de un exterminio judío hecha en un campo de concentración nazi alrededor de los años 30 del siglo XX pues los primeros campos de concentración comenzaron a construirse en 1933 y siguieron durante toda la Segunda Guerra Mundial para mandar a las personas que Hitler no consideraba ciudadanos de Alemania como eran los judíos y homosexuales al igual que cualquier persona que fuera en contra de su régimen totalitario.

Antes de comenzar a explicar lo que supuso la imagen en el comentario de texto, sería preciso señalar lo que es fascismo a rasgos generales para poder comprender mejor las causas que acompañaron a Hitler para actuar de ese modo contra los judíos.

El término fascismo, en su sentido más estricto, hace referencia al modelo político que tuvo su primera expresión en la Italia y la Alemania de entreguerras. Con el tiempo, sin embargo, ha adquirido un sentido más amplio que designa una reacción violenta y autoritaria contra la expansión del principio de igualdad entre los ciudadanos. Entre las características nos podemos encontrar, en primer lugar, que es un nacionalismo exacerbado con un componente racista que defiende la preservación y exaltación de la raza. Se justifica la eliminación de otros grupos o pueblos y el derecho a expandirse territorialmente, mediante una política militarista e imperialista. En segundo lugar se da lugar a una exaltación del Estado por encima de los derechos y libertades de los individuos. En tercer lugar, se da el rechazo al liberalismo y a la democracia. Niega el principio de igualdad entre todos los ciudadanos, la soberanía nacional y el sufragio. Defiende una concepción antiigualitaria de la sociedad en la que dominan las élites y los escogidos. En cuarto lugar hay un culto al líder. El fascismo exalta la figura de un líder carismático que concentra en su persona todos los poderes, encarna al Estado y es jefe del partido único. En torno a él, se desarrolla una mística del poder personal que se dota de un aparato de propaganda y de una escenografía grandilocuente. En quinto lugar, el fascismo se opone a la tradición racionalista y materialista adoptando posiciones de desconfianza en la razón y exalta los elementos irracionales de la conducta humana como el fanatismo o la obediencia ciega. Igualmente, elogia los valores de la fuerza, al tiempo que rechaza el pacifismo y defiende la legitimación de la violencia, como vemos en la imagen, y de la guerra como instrumento de progreso histórico y de selección de pueblos, naciones y razas. En sexto y último lugar, se da un modelo supremo de patriarcado donde la mujer quedará marginada en muchos de los aspectos de la vida.

La presente imagen, enmarcándola en un contexto histórico, comenzaremos a decir que en Alemania, en 1918, tras la abdicación del Kaíser Guillermo II, se proclamó la República de Weimar, que tuvo que asumir la derrota militar y las duras condiciones de paz impuestas por los vencedores. La crisis llegó a su cénit en 1923, cuando los alemanes no pudieron pagar las deudas de guerra contraídas con Francia y las tropas galas ocuparon el rico territorio minero del Ruhr como garantía de cobro. Todo ello ayudó a que Adolf Hitler iniciara su carrera en política en un pequeño grupo extremista, racista y agresivo, con eslóganes anticapitalistas, que en 1920 hizo público su programa y se denominó Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). También dio un componente anti judío, clave para entender la imagen y adoptó una serie de emblemas parecidos a los del fascismo italiano.

La difícil coyuntura económica derivada de la crisis de 1929 fue la que ofreció una nueva oportunidad a los nacionalsocialistas, ya que el aumento del malestar social favoreció la difusión de su discurso radical y provocó una polarización política. Las razones del éxito electoral de los nazis hay que buscarlas en el apoyo que hallaron entre las clases medias, los campesinos arruinados y los obreros desesperados ante la miseria y el paro. Por otro lado, su nacionalismo radical les hizo ganar adeptos entre los militares y antiguos combatientes y entre la burguesía que deseaba un poder más fuerte. Hitler, para una parte importante de la opinión pública alemana, contaba con el apoyo de importantes personalidades de la industria y de las finanzas, y disponía de ayudas económicas precedentes de algunos empresarios. La construcción de Estado autoritario se inició el mismo año de 1933, cuando Hitler consiguió del presidente Hindenburg el permiso para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, que se fijaron para el día 5 de marzo. Adolf Hitler necesitaba y obtuvo el apoyo de los diputados del Centro Católico para que el Parlamento le concediese plenos poderes y la facultad de promulgar leyes sin necesidad de trámites. Después de la muerte de Hindenburg, acumuló las funciones de canciller y presidente y se proclamó Führer y canciller del Reich. En pocos meses, los nazis transformaron Alemania en un régimen totalitario en el que Hitler y el partido nazi controlaban las instituciones, la sociedad y los individuos. Durante el año de 1934 se decretó la disolución de los partidos y sindicatos y se suprimieron las libertades y las garantías individuales. Bajo la autoridad incontestable del Führer, un grupo de dirigentes del partido organizó, con mano de hierro, el nuevo Estado. Una serie de organismos ejecutivos, a modo de despachos ministeriales dirigidos por hombres plenamente identificados con Hitler competían por ganar influencia y poder en la gestión del nuevo régimen. Ya en 1933 se abrieron los primeros campos de concentración, el de Dachay y hacia 1934 ya existían unos cincuenta.

En este contexto, podemos ya ir definiendo, más exactamente, el tema de la pureza aria. Un elemento central para conseguir la total cohesión ideológica y social del pueblo alemán era asegurar la pureza racial. Se afirmaba que la raza aria debía ser protegida mediante la exclusión de quienes presentaban cualquier discapacidad física, de las minorías étnicas, de los disidentes, etc., ya que éstos representaban un peligro para el nuevo orden social. Además, el régimen nazi favoreció la natalidad de los “verdaderos” arios y se adoptaron un conjunto de medidas eugenésicas con el fin de esterilizar a los individuos con enfermedades hereditarias.

Sin embargo, la cuestión racial que alcanzó mayor magnitud fue la persecución de los judíos, visto en la imagen. Las causas del antisemitismo alemán hay que buscarlas en el deseo de ofrecer a la nación alemana una explicación fácil a sus infortunios. Además, los judíos poseían grandes fortunas, hecho que provocaba el resentimiento de una parte de la población. La política antijudía pasó por diferentes fases: en 1933 se promulgó el boicot a los negocios de los judíos; en 1935 se dictaron las Leyes de Nuremberg que impedían los matrimonios mixtos y excluían a los judíos de la ciudadanía alemana. La animadversión contra los judíos se materializó en múltiples persecuciones, la más dramática de las cuales fue el 9 de noviembre de 1938, la llamada Noche de los cristales rotos, en la que fueron detenidos miles de judíos, y algunos de ellos asesinados, destruidos sus comercios e incendiadas sus sinagogas.

Aún acercándonos más al tema de la imagen, claramente un campo de concentración, decir que los primeros campos de concentración se construyeron en 1933 y entre ellos destacó el de Dachau, destino de detenidos políticos alemanes comunistas, socialistas o demócratas, grupos étnicos o religiosos, homosexuales, etc. En 1938 se construyeron los de Maut-hausen y Ravensbrück, donde acabaron buena parte de los republicanos españoles. Con el progreso de la guerra la construcción de los campos se intensificó. El campo de Auschwitz-Birkenau fue el más representativo, al considerarse como un campo de exterminio en el que se pusieron en práctica las últimas novedades tecnológicas, y seguramente la imagen pertenezca a este campo de concentración, para la liquidación en masa de personas con cámaras de gas, hornos, cremaciones, etc. Acogió a polacos, rusos, gitanos y sobre todo a judíos y llegó a exterminar a unas 10.000 personas diarias. Desde 1942 funcionaron también campos más pequeños, específicamente de exterminio como Chelmo, Treblinka o Sobibor, diseñados para eliminar rápidamente a miles de deportados en lo que se ha denominado como una limpieza étnica.

Los campos eran espacios por tanto cercados con muros, alambradas eléctricas y torres de vigía para evitar las fugas. Los presos vivían hacinados en barracones que contaban con unos edificios auxiliares  estaban sometidos a unas duras condiciones de trabajo. Desde 1942 se instalaron cámaras de gas y hornos crematorios con los que hacían desaparecer a los cadáveres. Se obligaron a los presos a llevar signos de identificación de su condición, bien sean judíos, homosexuales o comunistas y se les sometía a una disciplina feroz y a todo tipo de maltratos y vejaciones. Estas condiciones, unidas a la escasa alimentación y a los trabajos forzados, producían una elevada mortalidad entre los prisioneros. La SS se encargaba de la gestión y explotación de los campos, a menudo en colaboración con grandes empresas que situaban sus fábricas cerca de los campos y utilizaban a los prisioneros como mano de obra esclava.

De vuelta a la imagen, y viendo el panorama, la primera pregunta que se pasa por la cabeza es cómo se realizó el genocidio judío o Shoá. La Shoá, catástrofe en hebreo, designa el exterminio de los judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Las bases para ese Holocausto, es decir, para la eliminación sistemática de colectivos definidos previamente, estaban asentadas, como hemos visto, desde la llegada al poder de los nazis en Alemania. A partir de ese momento, el pueblo judío fue sometido a medidas de segregación civil, moral y política, y también a la expoliación económica. Además, la guerra permitió a los nazis crear los mecanismos mentales y materiales adecuados para impulsar este objetivo y, de entre todos los grupos perseguidos, los judíos serían las principales víctimas. Así, a partir de 1939, tras la ocupación de Polonia y la expansión por Europa central, el nazismo se enfrentó a un número creciente de población judía residente en estos países. Se inició, entonces, su reclusión en guetos, áreas segregadas de las ciudades donde quedaron confinados. El gueto de Varsovia llegó a albergar a casi 450.000 judíos. En Europa occidental, en un primer momento, el control de los judíos se hizo mediante censos y se les obligó a identificarse con la estrella amarilla, al tiempo que eran expoliados económicamente y marginados socialmente.


Con la invasión de la URSS, el número de judíos en territorio controlado por los alemanes aumentó. Entonces Hitler decidió lo que se conoce como la “solución final”: la destrucción del pueblo judío. En enero de 1942 se celebró una reunión en Wansee, localidad cercana a Berlín, donde diversos jerarcas nazis presididos por Reinhard Heydrich aprobaron un documento redactado por Adolf Eichmann en el que se organizaba la evacuación de once millones de judíos hacia los campos de concentración y exterminio. Para su traslado se organizaron deportaciones que se iniciaron en primavera de 1942, cuando los judíos del gueto de Lodz fueron trasladados al campo de Chelmno. A partir de entonces se extendieron a todos los países controlados por los nazis. En los campos de exterminio, los judíos debían morir o bien por extenuación, a causa de su uso como mano de obra esclava, o por ejecución directa en la cámara de gas cuando ya no servían para trabajar. La muerte alcanzó a unos seis millones de judíos.

jueves, 22 de mayo de 2014

Crisis de 1929 y sus consecuencias

Dados los tiempos que vivimos, y en la decadencia económico-social y política a la que nos encaminamos, me he tomado la molestia (admito que también es para clase) de analizar históricamente y económicamente una de las crisis de mayor importancia en el mundo que jamás halla pasado, la Gran Depresión de 1929. A partir de aquí, y creo que mis compañeros de clase lo entenderán, espero que el resto de las personas también, espero que debatáis, os fijéis en la situación actual, comparéis y analicéis por vuestros métodos a qué nos abstenemos.