martes, 27 de mayo de 2014

Genocidio judío, la mayor crueldad que se haya hecho en la Historia


La imagen mostrada es una foto de un exterminio judío hecha en un campo de concentración nazi alrededor de los años 30 del siglo XX pues los primeros campos de concentración comenzaron a construirse en 1933 y siguieron durante toda la Segunda Guerra Mundial para mandar a las personas que Hitler no consideraba ciudadanos de Alemania como eran los judíos y homosexuales al igual que cualquier persona que fuera en contra de su régimen totalitario.

Antes de comenzar a explicar lo que supuso la imagen en el comentario de texto, sería preciso señalar lo que es fascismo a rasgos generales para poder comprender mejor las causas que acompañaron a Hitler para actuar de ese modo contra los judíos.

El término fascismo, en su sentido más estricto, hace referencia al modelo político que tuvo su primera expresión en la Italia y la Alemania de entreguerras. Con el tiempo, sin embargo, ha adquirido un sentido más amplio que designa una reacción violenta y autoritaria contra la expansión del principio de igualdad entre los ciudadanos. Entre las características nos podemos encontrar, en primer lugar, que es un nacionalismo exacerbado con un componente racista que defiende la preservación y exaltación de la raza. Se justifica la eliminación de otros grupos o pueblos y el derecho a expandirse territorialmente, mediante una política militarista e imperialista. En segundo lugar se da lugar a una exaltación del Estado por encima de los derechos y libertades de los individuos. En tercer lugar, se da el rechazo al liberalismo y a la democracia. Niega el principio de igualdad entre todos los ciudadanos, la soberanía nacional y el sufragio. Defiende una concepción antiigualitaria de la sociedad en la que dominan las élites y los escogidos. En cuarto lugar hay un culto al líder. El fascismo exalta la figura de un líder carismático que concentra en su persona todos los poderes, encarna al Estado y es jefe del partido único. En torno a él, se desarrolla una mística del poder personal que se dota de un aparato de propaganda y de una escenografía grandilocuente. En quinto lugar, el fascismo se opone a la tradición racionalista y materialista adoptando posiciones de desconfianza en la razón y exalta los elementos irracionales de la conducta humana como el fanatismo o la obediencia ciega. Igualmente, elogia los valores de la fuerza, al tiempo que rechaza el pacifismo y defiende la legitimación de la violencia, como vemos en la imagen, y de la guerra como instrumento de progreso histórico y de selección de pueblos, naciones y razas. En sexto y último lugar, se da un modelo supremo de patriarcado donde la mujer quedará marginada en muchos de los aspectos de la vida.

La presente imagen, enmarcándola en un contexto histórico, comenzaremos a decir que en Alemania, en 1918, tras la abdicación del Kaíser Guillermo II, se proclamó la República de Weimar, que tuvo que asumir la derrota militar y las duras condiciones de paz impuestas por los vencedores. La crisis llegó a su cénit en 1923, cuando los alemanes no pudieron pagar las deudas de guerra contraídas con Francia y las tropas galas ocuparon el rico territorio minero del Ruhr como garantía de cobro. Todo ello ayudó a que Adolf Hitler iniciara su carrera en política en un pequeño grupo extremista, racista y agresivo, con eslóganes anticapitalistas, que en 1920 hizo público su programa y se denominó Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). También dio un componente anti judío, clave para entender la imagen y adoptó una serie de emblemas parecidos a los del fascismo italiano.

La difícil coyuntura económica derivada de la crisis de 1929 fue la que ofreció una nueva oportunidad a los nacionalsocialistas, ya que el aumento del malestar social favoreció la difusión de su discurso radical y provocó una polarización política. Las razones del éxito electoral de los nazis hay que buscarlas en el apoyo que hallaron entre las clases medias, los campesinos arruinados y los obreros desesperados ante la miseria y el paro. Por otro lado, su nacionalismo radical les hizo ganar adeptos entre los militares y antiguos combatientes y entre la burguesía que deseaba un poder más fuerte. Hitler, para una parte importante de la opinión pública alemana, contaba con el apoyo de importantes personalidades de la industria y de las finanzas, y disponía de ayudas económicas precedentes de algunos empresarios. La construcción de Estado autoritario se inició el mismo año de 1933, cuando Hitler consiguió del presidente Hindenburg el permiso para disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones, que se fijaron para el día 5 de marzo. Adolf Hitler necesitaba y obtuvo el apoyo de los diputados del Centro Católico para que el Parlamento le concediese plenos poderes y la facultad de promulgar leyes sin necesidad de trámites. Después de la muerte de Hindenburg, acumuló las funciones de canciller y presidente y se proclamó Führer y canciller del Reich. En pocos meses, los nazis transformaron Alemania en un régimen totalitario en el que Hitler y el partido nazi controlaban las instituciones, la sociedad y los individuos. Durante el año de 1934 se decretó la disolución de los partidos y sindicatos y se suprimieron las libertades y las garantías individuales. Bajo la autoridad incontestable del Führer, un grupo de dirigentes del partido organizó, con mano de hierro, el nuevo Estado. Una serie de organismos ejecutivos, a modo de despachos ministeriales dirigidos por hombres plenamente identificados con Hitler competían por ganar influencia y poder en la gestión del nuevo régimen. Ya en 1933 se abrieron los primeros campos de concentración, el de Dachay y hacia 1934 ya existían unos cincuenta.

En este contexto, podemos ya ir definiendo, más exactamente, el tema de la pureza aria. Un elemento central para conseguir la total cohesión ideológica y social del pueblo alemán era asegurar la pureza racial. Se afirmaba que la raza aria debía ser protegida mediante la exclusión de quienes presentaban cualquier discapacidad física, de las minorías étnicas, de los disidentes, etc., ya que éstos representaban un peligro para el nuevo orden social. Además, el régimen nazi favoreció la natalidad de los “verdaderos” arios y se adoptaron un conjunto de medidas eugenésicas con el fin de esterilizar a los individuos con enfermedades hereditarias.

Sin embargo, la cuestión racial que alcanzó mayor magnitud fue la persecución de los judíos, visto en la imagen. Las causas del antisemitismo alemán hay que buscarlas en el deseo de ofrecer a la nación alemana una explicación fácil a sus infortunios. Además, los judíos poseían grandes fortunas, hecho que provocaba el resentimiento de una parte de la población. La política antijudía pasó por diferentes fases: en 1933 se promulgó el boicot a los negocios de los judíos; en 1935 se dictaron las Leyes de Nuremberg que impedían los matrimonios mixtos y excluían a los judíos de la ciudadanía alemana. La animadversión contra los judíos se materializó en múltiples persecuciones, la más dramática de las cuales fue el 9 de noviembre de 1938, la llamada Noche de los cristales rotos, en la que fueron detenidos miles de judíos, y algunos de ellos asesinados, destruidos sus comercios e incendiadas sus sinagogas.

Aún acercándonos más al tema de la imagen, claramente un campo de concentración, decir que los primeros campos de concentración se construyeron en 1933 y entre ellos destacó el de Dachau, destino de detenidos políticos alemanes comunistas, socialistas o demócratas, grupos étnicos o religiosos, homosexuales, etc. En 1938 se construyeron los de Maut-hausen y Ravensbrück, donde acabaron buena parte de los republicanos españoles. Con el progreso de la guerra la construcción de los campos se intensificó. El campo de Auschwitz-Birkenau fue el más representativo, al considerarse como un campo de exterminio en el que se pusieron en práctica las últimas novedades tecnológicas, y seguramente la imagen pertenezca a este campo de concentración, para la liquidación en masa de personas con cámaras de gas, hornos, cremaciones, etc. Acogió a polacos, rusos, gitanos y sobre todo a judíos y llegó a exterminar a unas 10.000 personas diarias. Desde 1942 funcionaron también campos más pequeños, específicamente de exterminio como Chelmo, Treblinka o Sobibor, diseñados para eliminar rápidamente a miles de deportados en lo que se ha denominado como una limpieza étnica.

Los campos eran espacios por tanto cercados con muros, alambradas eléctricas y torres de vigía para evitar las fugas. Los presos vivían hacinados en barracones que contaban con unos edificios auxiliares  estaban sometidos a unas duras condiciones de trabajo. Desde 1942 se instalaron cámaras de gas y hornos crematorios con los que hacían desaparecer a los cadáveres. Se obligaron a los presos a llevar signos de identificación de su condición, bien sean judíos, homosexuales o comunistas y se les sometía a una disciplina feroz y a todo tipo de maltratos y vejaciones. Estas condiciones, unidas a la escasa alimentación y a los trabajos forzados, producían una elevada mortalidad entre los prisioneros. La SS se encargaba de la gestión y explotación de los campos, a menudo en colaboración con grandes empresas que situaban sus fábricas cerca de los campos y utilizaban a los prisioneros como mano de obra esclava.

De vuelta a la imagen, y viendo el panorama, la primera pregunta que se pasa por la cabeza es cómo se realizó el genocidio judío o Shoá. La Shoá, catástrofe en hebreo, designa el exterminio de los judíos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Las bases para ese Holocausto, es decir, para la eliminación sistemática de colectivos definidos previamente, estaban asentadas, como hemos visto, desde la llegada al poder de los nazis en Alemania. A partir de ese momento, el pueblo judío fue sometido a medidas de segregación civil, moral y política, y también a la expoliación económica. Además, la guerra permitió a los nazis crear los mecanismos mentales y materiales adecuados para impulsar este objetivo y, de entre todos los grupos perseguidos, los judíos serían las principales víctimas. Así, a partir de 1939, tras la ocupación de Polonia y la expansión por Europa central, el nazismo se enfrentó a un número creciente de población judía residente en estos países. Se inició, entonces, su reclusión en guetos, áreas segregadas de las ciudades donde quedaron confinados. El gueto de Varsovia llegó a albergar a casi 450.000 judíos. En Europa occidental, en un primer momento, el control de los judíos se hizo mediante censos y se les obligó a identificarse con la estrella amarilla, al tiempo que eran expoliados económicamente y marginados socialmente.


Con la invasión de la URSS, el número de judíos en territorio controlado por los alemanes aumentó. Entonces Hitler decidió lo que se conoce como la “solución final”: la destrucción del pueblo judío. En enero de 1942 se celebró una reunión en Wansee, localidad cercana a Berlín, donde diversos jerarcas nazis presididos por Reinhard Heydrich aprobaron un documento redactado por Adolf Eichmann en el que se organizaba la evacuación de once millones de judíos hacia los campos de concentración y exterminio. Para su traslado se organizaron deportaciones que se iniciaron en primavera de 1942, cuando los judíos del gueto de Lodz fueron trasladados al campo de Chelmno. A partir de entonces se extendieron a todos los países controlados por los nazis. En los campos de exterminio, los judíos debían morir o bien por extenuación, a causa de su uso como mano de obra esclava, o por ejecución directa en la cámara de gas cuando ya no servían para trabajar. La muerte alcanzó a unos seis millones de judíos.

jueves, 22 de mayo de 2014

Crisis de 1929 y sus consecuencias

Dados los tiempos que vivimos, y en la decadencia económico-social y política a la que nos encaminamos, me he tomado la molestia (admito que también es para clase) de analizar históricamente y económicamente una de las crisis de mayor importancia en el mundo que jamás halla pasado, la Gran Depresión de 1929. A partir de aquí, y creo que mis compañeros de clase lo entenderán, espero que el resto de las personas también, espero que debatáis, os fijéis en la situación actual, comparéis y analicéis por vuestros métodos a qué nos abstenemos.