jueves, 22 de mayo de 2014

Crisis de 1929 y sus consecuencias

Dados los tiempos que vivimos, y en la decadencia económico-social y política a la que nos encaminamos, me he tomado la molestia (admito que también es para clase) de analizar históricamente y económicamente una de las crisis de mayor importancia en el mundo que jamás halla pasado, la Gran Depresión de 1929. A partir de aquí, y creo que mis compañeros de clase lo entenderán, espero que el resto de las personas también, espero que debatáis, os fijéis en la situación actual, comparéis y analicéis por vuestros métodos a qué nos abstenemos. 


Tenemos ante nosotros una gráfica de Maurice Crouzet nacido el 10 de diciembre de 1897 y muerto en el año 1973, historiador francés que escribió la Historia general de las Civilizaciones. Nos hallamos ante una gráfica lineal que indica la producción industrial y el paro internacional entre 1929 y 1934, es decir, después de la Gran Depresión viendo que, a medida que el paro va aumentando considerablemente, estableciéndose el punto más alto alrededor del año 1933, la producción va disminuyendo, teniendo punto más bajo también alrededor de 1932-1933.
Todo esto podemos enmarcarlo en un contexto histórico bastante amplio. La década  que transcurrió entre 1919 y 1929 fue un periodo de profundos desequilibrios que desembocaron en la crisis económica más grave de la historia contemporánea. En octubre de 1929 se hundió la Bolsa de Nueva York y el pánico bursátil se trasladó al conjunto de la economía de Estados Unidos. Debido a su peso internacional, y a las decisiones que adoptaron sus autoridades económicas, la crisis se extendió a la mayoría de los países del mundo a través del comercio y de los movimientos de capital. Durante los diez años siguientes, conocidos como los de la Gran Depresión, la mayoría de las economías industrializadas experimentaron graves dificultades, como consecuencia del hundimiento de la producción y del paro, que alcanzaron porcentajes hasta entonces desconocidos. Al no existir prestaciones de desempleo, buena parte de los trabajadores quedó sumida en la miseria. Para combatir las secuelas sociales y estimular la recuperación económica, muchos Estados pusieron en práctica políticas de ayudas hasta entonces consideradas negativas para la evolución de la economía. Así, en estados Unidos se impulsó el New Deal, un programa intervencionista que proponía medidas de protección social y el aumento del gasto público. En Europa, las soluciones que se adoptaron para luchar contra la crisis fueron tan dispersas como la propuesta seguida por los países escandinavos, que puso los cimientos del Estado de Bienestar, o la de Alemania hitleriana, que introdujo una política autárquica y de rearme que acabó desembocando en la Segunda Guerra Mundial.
Entrando ya en el tema, y antes de relacionarlo con la gráfica propiamente dicho, analizaremos el porqué quebró la Bolsa de Nueva York. La primera manifestación de la crisis se inció cuando, ante el convencimiento de que las cotizaciones no podían seguir subiendo, algunos inversores empezaron a poner sus acciones a la venta con la esperanza de obtener aun buenos beneficios. Pero frente a la masiva oferta de títulos, las cotizaciones empezaron a bajar, provocando un efecto en cadena que hizo incrementar todavía más el número de acciones a la venta. La desmesurada oferta comportó el desplome del valor de las acciones, lo cual provocó el llamado “jueves negro”, el 25 de octubre de 1929. Ese día, el pánico se apoderó de los inversores y 13 millones de títulos fueron apuestos a la venta sin que encontrasen comprador. Fue el crac de la Bolsa de Nueva York. A partir de entonces, el deseo de comprar lo antes posible para ganar más dinero dio paso al de vender cuanto antes para perder lo menos posible. La caída en picado del valor de las acciones arruinó a muchos inversores. La exigencia de los bancos de cancelar los préstamos para la compra de acciones comportó otra oleada de ventas, que dio lugar a un “martes negro” el 29 de octubre. El camino hacia la depresión había comenzado.
Ya enlazando con la gráfica, decir que la sobreproducción, la falta de dinero y la caída del consumo hicieron que en pocos meses la crisis de la Bolsa se convirtiese en una crisis que acabó afectando a todos los sectores de la economía. El sistema bancario fue uno de los primeros afectados debido a que, por un lado, el hundimiento bursátil hizo que los deudores no pudieran devolver sus préstamos y, por otro, la mayoría de los bancos había aceptado acciones de la Bolsa como garantía a los préstamos. El miedo a la quiebra de los bancos asustó a la población, que acudió masivamente a retirar los efectivos de sus cuentas, pero las entidades financieras no pudieron reponer los depósitos bancarios a sus titulares por falta de recursos monetarios. Todo ello desató la crisis bancaria con más de 400 bancos en quiebra y desaparecidos, millones se familias arruinadas y miles de estadounidenses perdiendo todo lo que tenían.
 Para superar las dificultades, los bancos redujeron enormemente la concesión de créditos para la industria y el consumo. Esto agravó aún más la coyuntura, al impedir a muchas empresas familiares pagar las deudas y mantener el consumo. El pesimismo y la falta de confianza en una rápida mejora de la situación comportaron una drástica reducción de las inversiones industriales porque se dudaba de que los productos a fabricar pudieran encontrar comprador.
La ruina de los inversores bursátiles y la disminución del crédito provocaron el descenso del consumo, lo cual agravó la sobreproducción que estaba latente desde hace algunos años. En pocos meses, los stocks aumentaron de manera considerable y los precios disminuyeron un 32% entre 1929 y 1932. El subconsumo y la caída de las inversiones indujeron la crisis industrial. Como en la grafica, vemos que a comienzos de 1933, habían desaparecido más de 100.000 empresas, y a producción industrial se había reducido en un 40% respecto a 1929, de ahí que veamos ese descenso entre los años dichos.
La caída de la actividad industrial supuso un aumento del desempleo, visto también en la gráfica: entre 1929 y 1930 el número de parados pasó de 1,6 millones a 4,3 y a finales de 1933 ya afectaba a 12 millones de trabajadores coincidiendo justamente con el punto más alto de la línea del paro en la gráfica. La depresión tuvo muy graves consecuencias sociales y la pobreza se extendió entre amplias capas de la población. Muchos obreros y campesinos se vieron abocados al paro y a unas miserables condiciones de vida, hacinados en barracas o sin hogar y dependiendo de las ayudas del Estado o de la caridad privada. Asimismo, una buena parte de la clase media perdió sus ahorros y negocios y tuvo que proletarizarse.
El desempleo agravó aún más la contracción de la demanda: millones de parados sin ingresos dejaron de consumir, mientras gran parte de los que conservaban el empleo temían perderlo, por lo que redujeron también su consumo para ahorrar en previsión de un empeoramiento de su situación personal. Al disminuir la demanda, descendió de nuevo la producción industrial y agraria. La crisis, nutría la crisis.
Como conclusión, y volviendo a enlazar con la gráfica señalada, podemos comprobar que a partir de 1934 la línea del paro va descendiendo y la línea de la producción va subiendo. Eso quiere decir que el modo de vida de las personas va mejorando y eso es gracias a que dentro de ese marco general de crisis, y para recuperar la actividad económica, algunos gobiernos pusieron en práctica medidas consideradas muy heterodoxas en aquel momento. Por su lado, un economista inglés, J. M. Keynes, realizó un diagnóstico adecuado de lo que estaba sucediendo y propuso soluciones nuevas para superar las dificultades. En su diagnóstico de la crisis de 1929, argumentó que el principal problema de la economía era la falta de demanda ante la caída de la inversión. Por lo tanto, lo que propuso fue el incremento del Estado en gasto público, fundamentalmente en actividades como obras públicas, donde se emplearan a muchos trabajadores. El gasto del Estado generaría déficit público, pero eso no constituiría un problema, ya que si el Estado gastaba, aumentaba la demanda no sólo por el importe de los gastos efectuados, sino también, y en una proporción mayor, porque ese gasto inicial, transformado en salarios y bienes, creaba nueva demanda sobre otros sectores. Es decir, defendió la mejora de las condiciones salariales para aumentar la capacidad adquisitiva de la clase obrera. Por todo ello, afirmó que el papel de los capitalistas era invertir, y el de los trabajadores consumir.
Así, y con el problema analizado, los distintos países comenzaron a sacar planes de rescate. En el caso de Estados Unidos, el intento de recuperación asociado a las teorías de Keynes fue el denominado New Deal, un plan económico para superar la crisis y paliar sus efectos sociales puesto en práctica con el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt tras su victoria electoral en el año 1932. Sin embargo, el programa del nuevo dirigente era muy contradictorio, ya que proponía aumentar la intervención del Estado y, al mismo tiempo, reducir el déficit público recortando gastos. Roosevelt estableció un rígido control estatal sobre los bancos para segurar su solidez financiera, al mismo tiempo que creó un seguro federal para garantizar las cuentas de los pequeños inversores en caso de quiebra bancaria. También se formó una comisión de valores y cambio, encargada de supervisar las emisiones de acciones y velar por el buen funcionamiento del mercado bursátil. Finalmente, y para favoreces las exportaciones, se impulsó una política monetarista, que devaluó el dólar en más de un $ en el año 1934. Una buena parte de los empresarios no fue favorable a las propuestas de Roosvelt y criticó el intervencionismo estatal, que decretaba normas, fijaba precios y regulaba salarios. La desconfianza empresarial provocó el retraimiento de los empresarios y comportó que las inversiones privadas fuesen más escasas de lo esperado. De todos modos, podemos afirmar que la política de Roosevelt contribuyó a la estabilización de la economía, aunque sin llegar a una nueva etapa de crecimiento. La recuperación no llegó hasta 1939, cuando el estallido de una nueva guerra en Europa incentivó el desarrollo de la industria armamentística en Estados Unidos y su papel de proveedor de los aliados europeos.
En cuanto  a los países escandinavos la recuperación de la economía en Suecia y Dinamarca fue más rápida que en la mayoría de los países. El elemento clave fue otorgar al presupuesto del Estado un papel activo en la lucha contra la recesión económica, convirtiéndolo en un instrumento anticrisis. Se inició en estos países a construcción del Estado de bienestar que, después de 1945, se difundiría y consolidaría en el conjunto de la Europa desarrollada. Como último ejemplo, Alemania fue un ejemplo de recuperación económica de un Estado totalitario que propició un fuerte intervencionismo e impulsó una política de rearme para estimular el crecimiento de la industria pesada. Sin embargo, como la cantidad de armamento que es posible almacenar no es ilimitada, esa política económica condujo directamente al estallido de la Segunda Guerra Mundial.




Ahora mi pregunta es: ¿queremos que ocurra lo mismo? ¿queremos este paro? ¿estas subidas de precio? ¿QUEREMOS UNA TERCERA GUERRA MUNDIAL?

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