martes, 23 de julio de 2013

¿Y qué nos queda?

En el último libro que me terminé de leer, "La sombra del viento" de Carlos Ruiz Zafón, comprobé la realidad de mi hipótesis de la vida. 

La vida se rige por el amor.

Bien es cierto que no es la misma época, ni mucho menos, pero como estudiante de Historia siempre me ha gustado ir más allá de las explicaciones del profesor/a. Siempre he intentado comprender la psicología de los personajes históricos a los que estudio. Les analizo y bueno, llegué a la hipótesis de que el mundo se mueve por la avaricia y el amor. Avaricia de poder, unido a un sentimiento de: "si tengo esto y puedo conseguir más...¿por qué no conseguir ese más?. Total, soy el rey del mundo y tengo un ejército de 550.000 personas. Este fue el caso de Napoleón. Napoleón se pensaba que toda Europa estaría bajo su mando. Un ejército de 150.000 personas en Rusia y 300.000 en España después de perder una batallita de nada, una batalla que para España significó el comienzo de la victoria contra Francia, la batalla de Bailén y con Castaños al frente del ejército español. ¿Por qué perdió?, si tenía un ejército que no se lo imaginaba nadie. Bueno, por un lado, él estaba en Rusia, esperando a que le entreguen la llave de la ciudad cuando claro...todos pensamos que perdieron porque hacía frío. Pero que frío va a hacer en verano, por ejemplo. En Rusia había -1, -2, 0 grados... y todos sabemos lo que significa eso; eso es, gripe. Todo el inmenso ejército napoleónico, tan fuerte como es que pasó por encima de media Europa yendo de paseo, se resfrió y la palmó por una gripe. Al estar Napoleón en Rusia y ver que en España perdieron, fue corriendo con un ejército aún mayor para una península que no le llega ni a la décima parte a la inmensa Rusia. Supuso que sería sencillo cuando de repente...¡oh!, guerrillas amigo mío. La política española....PUTEAR!. Y claro, si a eso le añadimos a un general muy majo, con un carácter inglés sumamente pesado como es nuestro querido amigo el general Wellington, tenemos la respuesta; Napoleón, out. Bien es cierto que los ingleses no pudieron acabar con Napoleón en España sin las guerrillas, y viceversa. De ahí mi primera hipótesis; la cooperación puede a la corrupción.
Sigamos. 

En el amor, y haciendo alusión a la cooperación, a la esperanza y a la ilusión. Todas las guerras en el mundo son lógicas, vale. Todos quieren más, también es verdad. Y sobre todo, todos son CORRUPTOS por conseguirlo, totalmente cierto. Pero, ¿y las mujeres?. Las mujeres en la Historia han sido más importantes incluso que nuestro amigo Napoleón.
A lo largo de los años, siglos o incluso milenios, las mujeres han sido simples objetos. Simples sirvientas que se han dedicado a tener a sus maridos contentos en todos los aspectos. Pero a pesar de ello había amor. Esas mujeres luchaban con igual, e incluso con más fuerza que los hombres en las guerras. Esperaban a sus maridos con la última esperanza de volver a verles de nuevo, al igual que a sus amantes. Luchaban por sus hijos, porque sobrevivieran y sean gente de provecho que pudiera tener mejor vida que la que llevaban ellas y sobre todo...SOBRE TODO, las mujeres han luchado siempre UNIDAS.
Bien se que mis argumentos carecen de sentido en estos momentos y nada tienen que ver con el libro que he mencionado en la primera línea de mi pequeña explicación (o una de las pequeñas explicaciones) sobre la vida.

El libro, (no os voy a comentar el argumento) muestra, en un momento de guerra y posguerra, cómo un chico ha luchado por lo que más ha querido en esa vida, el amor de una chica. Cómo, a pesar de que le pudieron haber lanzado una bomba en plena calle de Barcelona, ha corrido a los brazos de la chica, después de saber que su predecesor, Carax, no ha podido conseguirlo acabando por consiguiente solo.

Ahora no estamos en el siglo pasado. Hemos cambiado de año, de siglo, he incluso de MILENIO. Ahora juntos podemos conseguir que ni la guerra ni la corrupción puedan con nosotros. Tanto hombres, como MUJERES (y no lo pongo por ser feminista, es que hemos estado aisladas durante toda la historia de la humanidad prácticamente hasta unas pocas décadas atrás) pueden hacer una vida mejor. He ahí mi drama, el poder. El poder puede con el amor y con todo lo que se lleve por delante. Así de triste es a veces, y así tendremos que vivirlo si no somos todos juntos los que lo cambiemos con amor, cooperación y ESPERANZA.

E. Villa